sábado, 1 de enero de 2011

Un hobbie

Tengo que tener un hobbie, es una de las cosas que me arrastro del año pasado. Resulta ser que tengo el cortisol ( la llamada hormona del stress) alto. Como si no fuera suficiente con haberme graduado de una carrera que no sirve para absolutamente nada, vivir en un país en el que el presidente es Chávez, de ñapa me puedo caer muerta de un infarto por estressada.
Bien, puedo hacer pulseras, a mi el rollo de la bijouterie como que me relaja y me va bien.
Puedo hacer peluches, es más, puedo comprarme una máquina de coser y quién sabe, de repente lo mío no era la universidad sino la felpa.
Puedo hacer rompecabezas. Recuerdo que me gustaba mucho hacerlos en el Kynder ( porque se jugaban de a uno)
Puedo volver a mi vida de rockstar, aburrirme de caracas y de los tipos con los que salgo.
¡Puedo hacer nuevos amigos! (y a quién coño engaño, si a los que ya tengo ni siquiera los riego cada 15)
Dedicarme a mí. Resolver mi tiempo libre haciendo de mi una persona integralmente feliz (y la paz mundial)


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