sábado, 22 de enero de 2011

Del que no sabe nadar

Siempre es seguro quedarse en la superficie, sin arriesgarse a descubrir qué vive más allá.

Por miedo al agua nos perdimos de los corales, de contar las aristas de una estrella, de conocer la dinámica que entabla la sal con el agua para convertirse en mar o en lagrima. Por miedo a profundizar, tu monstruo y el mio dejaron de conocerse y de comprender que eran uno, porque siempre es más seguro esconderse bajo esa roca que es tu encierro, atándonos a la rutina del despedirnos, y a la falsa creencia de que sin nadar nos encontraremos

Te digo Amado, siempre es seguro quedarse en la superficie, pero no descubriremos que vivimos más allá.

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