En estos días de libertad de expresión, de amabilidad, de buen vivir... he decidido darme un paseo por el oficio más peligroso que puede haber: SER YO MISMA
martes, 12 de abril de 2011
Un héroe como yuri
Para la historia del hombre, el recuento de aquellos considerados admirables, sería infinito de no ser por el empeño humano en sobrevivir. Es en el instinto de supervivencia en el cual subyace la pérdida de la heroicidad, del coraje, de la unicidad, pues, programados para cometer errores, dejamos que la naturaleza se apodere de aquél momento irrepetible en el que ni siquiera las estrellas, o las supernovas, o los agujeros negros pudieron tocarnos y regresamos a la tierra sin entender, que con ello también nos resignábamos a despedirnos de la superhumanidad, si es que tal cosa pueda ser, de los astros y de la eternidad. Regresando a casa les recordamos a los demás que seguimos siendo iguales a ellos, peor aún, les demostramos que somos incapaces de vivir como el héroe que fuimos esa sola vez.
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